Hacia el mar dirijo la mirada
e imagino nuestros viajes,
que empiezan y terminan
en puntos suspensivos.
Hacia el mar,
remembro la manta de hojas secas
del otoño cuajado,
que tras mis pisadas chirrían quejas
que se solapan con las mías.
Indolente ante males ajenos
deshojo mis pesares por la vereda,
integrándolos en la frazada mustia.
Una sonrisa agria
me asoma por la comisura de los labios,
cuando imagino que otro pasará
por el mismo lugar desdeñando,
de igual guisa mis penas.
Hacia el mar
me encamino, le cuento y ofrezco el pago:
un buen peñado de sal
de lágrimas cristalizadas.
Alicia Adam
Fotografía: Mercedes González.
bonito alicia!!
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Gracias
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Muy buen poema, sobre todo esa última estrofa.
Saluditos! 😉
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Gracias, 🤗.
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Esta muy lindo el poema, te felicito☺️
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Gracias, 🤗.
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