Nido

No queríamos ir, pero lo hicimos. Deseábamos abrir el pico, pero no hablamos. Tampoco entraba dentro de nuestros planes cruzar media España, para ir a quién sabe dónde, hacer quién sabe qué, porque a un tipejo se le acababa de meter entre ceja y ceja, y porque sencillamente le salía de los huevos. Ya sabes que me pongo vulgar cuando me enfado, no me lo tomes en cuenta.

A pesar de todo eso, allí llegamos, a un cerro cualquiera. De esos que nadie le ha puesto nombre aún, porque ninguna persona lo ha pisado jamás.

Ni siquiera nos soltaron aquí, nos abandonaron en el valle. Nos dejaron libres las alas y cruzamos la ladera. Nos posamos aquí, y construimos nuestro nido.

Alicia Adam

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