¿Quieres que siga?
¿Estás seguro?
Se marchó porque mirabas
sus zapatos y no su rostro,
es la forma más bonita
que tengo de decirte
que la deseabas,
pero que no te preocupaban
sus penas
ni las miserias del día a día.
Se marchó porque callaba
para no discutir.
Se marchó
porque la televisión y el sofá
te llamaba más
que aquellos viejos paseos
que hacíais al acantilado
donde imaginabais,
entre risas,
como tirabais
las preocupaciones
por el precipicio.
Se marchó
porque ya carecía de motivos
para quedarse.
Se marchó
porque te amaba
más que a nada en este mundo
y le dolía en el alma
no sentirse amada.
Mírame bien,
aquella mujer
ya no habita dentro de mí;
no debe dolerte mi partida,
ahora solo marcha mi cuerpo
porque el resto de mi ser
hace mucho
que no está aquí.
¿Quieres que siga?
¿Estás seguro?
Se marchó porque «del tú»
que se enamoró
no queda nada.
Bellísimo. Me encantas como escribes poesía. Esta en particular me llegó al alma, gracias.
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