Fotografía de Carmen Durán
Comparto un fragmento del capítulo 49:
«Héctor observaba a Saoirse. Pensaba. No era buena idea interrumpir el silencio de una persona mientras buscaba cómo reconducir una conversación de la forma idónea. Precisaba una visión externa, otro modo de ver las cosas, porque él había perdido el tacto y el buen hacer. Retomó su idea de ver las cosas en proyección, intentó vislumbrar cada una de las capas y puntos de vista que conformaban aquella historia. No era capaz. Estaba bloqueado. El temor lo recubría todo. Imaginó, como había hecho otras veces, una figura tridimensional sobre una mesa redonda. Alrededor de ella, diez personas sentadas en círculo afirmaban, sin lugar a dudas, la forma del objeto. Todos con una interpretación distinta de este, y cada uno de ellos llevaba razón. Su pensamiento habitual en proyección abarcaba una vista de la planta de la figura, objetiva y real, con la suma de cada una de las proyecciones de los demás. No obstante, en ese momento percibía ese mismo objeto desde la oscuridad, en la ceguera nocturna. No veía nada, solo un contorno borroso, sin forma».
Alicia Adam
Qué buena imagen la que construyes en este fragmento. Y qué bien descrito pese a la complejidad de la idea. Muy significativo.
Me apunto «Media vuelta» y, con tu permiso, me quedo por aquí.
Saludos.
Andoni
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Gracias. Bienvenido.
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