
Era el día de los amantes
y afuera llovía,
toda una invitación
para amar y amarse.
Yo, en cambio,
llevaba dos cervezas
y un sueño roto.
Me dije, “siempre puede ser peor,
que el sueño muera
o muera quien lo sueña”.
Era el día de los amantes
y afuera llovía,
toda una invitación
para amar y amarse.
Yo, en cambio,
llevaba dos cervezas
y un sueño roto.
Me dije, “siempre puede ser peor,
que el sueño muera
o muera quien lo sueña”.
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Gracias. 🙂
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